domingo, 13 de febrero de 2011

LA MALDAD SI EXISTE...?

NO HAY DUDA. “LA MALDAD es una característica del género humano a lo largo de la historia”. Así de contundente se muestra Miguel Angel Linares, autor de "Mala gente" (EDAF, 2010), quien reconoce que, mientras escudriñaba en lo peor del género humano, la selección del macabro “top 100” de los malos de la historia no resulto sencilla, pues a priori recopiló ¡400¡ candidatos a tener el dudoso honor de ser incluidos en el libro. No es de extrañar teniendo en cuenta el espacio que los sucesos ocupan en los telediarios. Cuanto más cruentos, más minutos y mayor audiencia. Y es que, no nos engañemos, el horror vende...
¿El malo nace o se hace?, ¿Son los homicidios cosas de dementes? El médico que en 1881 rebanó el cerebro del “Sacamantecas” (mejor dicho, de su cadáver), un asesino en serie condenado a muerte, concluyó que hay “locos que no lo parecen”...
Al margen de todos los males (es bien sabido que el sueño de la razón produce monstruos), coincidiremos en que el peor de los males es quitar la vida a nuestros congéneres. Hay asesinos para todos los gustos (mejor dicho, disgustos). Homicidas puros y duros que matan a título individual, sin motivo aparente y para su única satisfacción (a no pocos de ellos les mueve el sexo, que disputa al dinero la potestad de mover al mundo)...
Reyes y Jefes de Estado que usan el poder para cometer genocidios, de Calígula a Pol Pot, pasando por Atila, Iván el Terrible, Mao, Stalin... y el malo de los malos: Hitler, quintaesencia del espíritu demoníaco. También se ha matado (y mucho) en nombre de Dios (sin ir más lejos, Pizarro arrasó el Imperio Inca). Otro ejemplo reciente es el tristemente famoso 11-S, en el que los terroristas fueron protagonistas...

Miguel Angel Linares y Alberto Granados

Pero no hay que cruzar el charco para encontrarnos ejemplos de maldad. La España más negra está plagada de crímenes pasionales a navaja, de trabucazos de bandoleros -mucho menos románticos que Curro Jiménez-, de escopetazos tan imprevistos como los de Puerto Hurraco, de mujeres que prefieren el silencio del veneno al estruendo de un tiro a bocajarro... Basta con “bucear” en las páginas de El Caso, el semanario de sucesos que se convirtió durante el franquismo en un fenómeno de ventas. Se vuelve a demostrar que el morbo, vende...
Nos han educado para distinguir el bien y el mal, una dualidad más del universo, como lo masculino y lo femenino, la noche y el día, el yin y el yang. Sin uno no existiría el otro. Y, aunque los motivos que mueven a los herederos de Caín son de los más variopintos: poder, lujuria, envidia, codicia, religión..., todos tienen un factor en común: creerse poseedores de la razón y la verdad...
Cuando se mata a alguien resulta imposible ponerse en la piel de la víctima. Y es que en ocasiones se hace tan difícil amar al prójimo como a uno mismo...
Si echamos un ojo al diccionario veremos la cantidad de sustantivos a los que puede anteceder el adjetivo “mala”: acción, fe, hierba, idea, voluntad, vida... A riesgo de terminar de deprimiros, debo alegar en mi defensa que en todos estos casos basta con sustituir “malo” por “bueno” para ver una luz al final del lúbrego túnel. Rechazamos, en última instancia, a Nietzsche para abrazar a Rousseau y apostar por la bondad innata del ser humano. Pero, por si acaso, esforzaros por contener al demonio que (se supone) todos llevamos dentro...




Artículo de Laura Manzanera. Nacida en Barcelona en 1966. Estudió Ciencias de la Información en la Universidad Autónoma de Barcelona. Desde 1989 trabaja como periodista. Especializada en la divulgación de temas históricos, ha colaborado con las publicaciones Arenal. Revista de historia de las mujeres y Cercles. Revista d’història cultural (Universidad de Barcelona), así como en la colección de fascículos Diarios de la Guerra. En la actualidad es jefa de redacción de la revista de historia Clío. Ha publicado los libros Al pie de la sepultura, Grandes Fugas y Mujeres espías..

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